El móvil, un peligro de adicción |
La dependencia al móvil
Parece que el "smartphone" se ha convertido en el cigarillo del siglo XXI, porque no tener el móvil a mano, quedarse sin batería o saldo, puede causar un gran temor en sus usuarios.
Según un informe de Ofcom, el 37% de los adultos y el 60 % de los jóvenes confiesa que tiene "un alto grado de adicción" a los aparatos. En los casos más graves se puede hablar hasta de una nomofobia que consiste de un miedo irracional a algo a lo que no hay por qué temer. Hay distintos grados y es bastante frecuente que estén asociadas a otros trastornos ansiosos. Como en cualquier otra fobia, la persona que la padezca debe buscar ayuda profesional cuando siente un malestar significativo que entorpece su vida personal y laboral.
A veces no es tan fácil reconocer este tipo de "adicción sin drogas" cuando la gran mayoría de los usuarios tienen sus teléfonos conectados durante 24 horas, y más de la mitad responden las llamadas incluso si se producen por la noche.
Un informe global realizado por Ericsson a partir de encuestas con usuarios de iPhone y Android en diferentes regiones del mundo concluye que la «generación smarthphone» utiliza sus móviles a todas horas y en cualquier circunstancia, con el único valle del tiempo de la cena, cuando «solo» lo sigue manejando el 32 por ciento.
La rapidez con que se han colado los «smartphones» en nuestra vida cotidiana está relacionada con la explosión del mercado de las aplicaciones. Vivimos en «el increíble mundo de las aplis», útiles para todo: para enviar mensajes gratis, seguir el pulso de las redes sociales, consultar el tiempo ,la Bolsa o el e-mail.
España es uno de los países donde el boom de los móviles inteligentes no deja de crecer. Según un estudio de Ipsos Media para Google en treinta países, el 33 por ciento de los españoles navega en internet con su móvil. Navegar (91 por ciento), reproducir vídeos (72), consultar las redes sociales (43) y comprar (20).
Solamente queda una pregunta, ¿cuánto vale nuestro tiempo? Porque no cabe duda que el móvil ya forma parte de nuestra vida, sin embargo no olvidemos de vivirla.