Erasmus

Erasmus, ¿un intercambio académico o una fiesta eterna?

Erasmus, un arma de dos filas
Al principio siempre van a clase, pero conforme avanza el cuatrisemestre, los estudiantes de Erasmus asisten cada vez menos”, dice Juan, un estudiante español de la Universidad Francisco de Vitoria sobre sus compañeros extranjeros.  

Erasmus el programa de movilidad universitaria no solamente unifica la totalidad de los proyectos educativos, sino también mejora la calidad de la educación europea, y ofrece a los estudiantes mediante el intercambio académico, reforzar sus aptitudes como futuros profesionales, su desarrollo personal y su adaptabilidad a una nueva cultura. 

No obstante, muchos alumnos que están de Erasmus no aprovechan la gran oportunidad educativa que el programa de la Unión Europea tiene para ellos previsto, porque tan solo buscan la diversión.


Carlo, un universitaria italiano que realiza su Erasmus en la UFV dedica el 60 % de su tiempo a la fiesta y solo un 40 % al estudio. Además no tiene ningún curso los viernes, así que su semana consiste en tan solo 4 días productivos de estudio, porque el resto de la semana se dedica a conocer la vida de noche en los antros de Madrid.


También Ani, una chica alemana que ya lleva un año en la UFV y aprovecha las fiestas de Erasmus al máximo, comenta que no repasa los apuntes nunca durante la semana, sino tan solo estudia poco antes de los exámenes. Este cuatrisemestre tema suspender algunas asignaturas por la falta de preparación.


Los estudiantes españoles de la UFV casi no perciben a sus compañeros extranjeros en el aula. Esto se debe por un lado, porque casi no participan en clase y son prácticamente invisibles para nosotros, afirma Sebastián, un estudiante de Informática.


Para que el programa Erasmus no se convierte en un año sabático, ¿debería ser más exigente académicamente o es la responsabilidad de la Universidad de destino aclarar que los estudios son prioritarios y no los placeres culturales?



Según la coordinadora de Relaciones Internacionales, Mónica Alberich los profesores no deben aprobar a los alumnos de Erasmus si no estudian, ya que tienen que exigirles lo mismo que a los estudiantes españoles.


Por ejemplo, los países del este que envían sus alumnos de Erasmus, les exigen aprobar todas las asignaturas o tienen que devolver la beca, como una manera de incentivarles que no solo vienen de fiesta, aclara la coordinadora.

So
lamente un 4% de los universitarios europeos recibe una beca Erasmus en algún momento de sus estudios. Este porcentaje mínimo se debe mayormente al problema de la financiación, ya que el importe de la beca es modesto, lo que no permite que las familias cubran todos los gastos de una estancia prolongada en el extranjero.

Y si gran parte de los afortunados 4% de universitarios europeos no se beneficiará del intercambio académico, porque la distracción nocturna es demasiada seductiva, la inversión y los objetivos de la Unión Europea desvanecerán como las borrosas caras de la última fiesta.